Perfeccionismo es Procrastinar?
Productividad

¿El perfeccionismo es una forma de procrastinar?

 

 Siempre me consideré perfeccionista, y si están leyendo este post es posible que también se consideren así. En ese caso, ¿no comentaron más de una vez que lo eran, diciéndolo con orgullo? Pero cuidado porque esta actitud puede ser justamente lo que se esté interponiendo entre ustedes y el logro de sus objetivos.

 

 

Sí, el perfeccionismo puede verse como una virtud y, de hecho, mucha gente lo resalta como característica propia en las entrevistas de trabajo, al igual que la capacidad de multitasking. Esto es porque habla de nuestra exigencia con nosotros mismos, la cual nos lleva a querer mejorar lo que hacemos porque sabemos que podemos lograr una mejor versión de nuestro trabajo.

También habla de la calidad que queremos conseguir en nuestras tareas, porque no nos conformamos con algo hecho a medias o “hasta ahí”.

 

 

El problema del perfeccionismo

 

No está mal querer mejorar, el problema está cuando este intento de mejora se convierte en un ciclo que nunca termina.

Por un lado provoca una angustia en la persona porque nunca está conforme con lo que está haciendo y lo vuelve a revisar una y otra vez. Siempre encuentra algo para ajustar y corregir. Además no disfruta del proceso de creación y del logro alcanzado, autoexigiéndose siempre para dar un paso más en la corrección.

Por otro lado, este ciclo que parece no tener fin afecta especialmente al destinatario del trabajo. Nunca logra recibir lo que el perfeccionista está creando.

 

Debo reconocer que en ciertas oportunidades hubiera querido que determinada persona que trabajaba conmigo hubiera intentado ser aunque sea un poquito perfeccionista (¡revisen al menos una vez con ojo crítico lo que han hecho antes de entregarlo, por favor!). Pero la realidad es que cuando uno está en la vereda de enfrente, esperando recibir un trabajo que no llega porque está por la octava revisión, les puedo asegurar que el perfeccionismo no es apreciado en lo más mínimo.

 

 

¿Entonces hay que hacer trabajos mediocres?

 

¡No! ¡Claro que no! Esto no significa que debemos resignar calidad en nuestras tareas. Lo que debemos cambiar es la forma de afrontar el proceso de creación. Atención porque ésto aplica a documentos profesionales, tareas de quienes están estudiando, obras de literatura, plástica, e incluso alguna tarea relacionada a un hobby (¿algún tejido sin terminar porque no te queda lindo el cuello? ¿alguien más…?)

Tengan en cuenta que procrastinar significa posponer o aplazar tareas que debemos hacer y en general se entiende que la demora tiene que ver con iniciar la tarea, ya sea por pereza o distracción. Pero la realidad es que cuando alguien es perfeccionista, lo que está demorando es la finalización del trabajo, no su inicio. Esta persona no tiene un problema de pereza o pocas ganas de trabajar sino todo lo contrario, se obsesiona trabajando de más para alcanzar el estándar que se impuso (algunas veces, más alto de lo requerido).

 

Incluso puede ser alguien que empieza muchas tareas porque se entusiasma con nuevos proyectos. Se habla del “Síndrome del Objeto Brillante” o “Shiny Object Syndrom”, que ocurre cuando alguien se interesa en un nuevo tema y comienza a trabajar en eso, pero antes de terminar aparece otra cosa que también lo atrae y abandona la primera para ir tras la nueva. Siempre empiezan pero nunca terminan.

 

 

Acciones para salir del perfeccionismo

 

Si se vieron reflejados en lo que describo más arriba, no se preocupen. Quizás vean en ustedes algunas de estas características pero tampoco implica que hayan llegado al punto de considerarlo patológico. Lo importante es que es una actitud que podemos cambiar. Si lo necesitan hacer, pueden seguir estos pasos:

 

Reconocer el problema

 

El primer paso es reconocer que tenemos la inclinación a hacer las cosas de esta manera. Es una actitud o un hábito, por lo tanto no debemos considerarlo como parte de nuestra identidad y dedicarnos a “padecerlo” sino que podemos cambiarlo. Si trabajan con un tablero Kanban, lo notarán porque cada tarea que tengan “En progreso” estará pasando demasiado tiempo en ese estado mientras ustedes hacen las mil y una revisiones.

 

Entender el alcance del requerimiento

 

Cuando nos piden algo, o cuando nosotros mismos decidimos hacer algo, debemos tener claro qué es exactamente lo que se pretende lograr. Entendamos que es importante cubrir esa necesidad y hacerlo en tiempo y forma. A veces lo que está de más, entorpece más que ayuda y va en contra de la productividad que queremos conseguir.

 

Planear el trabajo

 

Dentro del plan, que no debe ser extenso ni formal sino apenas una guía para nosotros mismos, debemos colocar claramente el objetivo de lo que queremos lograr (entendido en el paso anterior), los pasos y una fecha de entrega. Aún cuando no hubiera una fecha impuesta por otro, debemos poner nosotros un límite de tiempo.

El objetivo definirá el resultado a obtener e idealmente una mención del estándar a alcanzar. Por ejemplo, si es un estudio o una investigación, podríamos colocar los subtemas a tratar, las secciones y el límite de páginas.

 

Al momento de definir los pasos a seguir, debemos asegurarnos de colocar el paso de revisión y, al igual que todos los demás, deberá tener su fecha límite. De esta manera eliminamos el ciclo sin fin y lo acotamos a una cierta cantidad de tiempo.

¡Cuidado con el tiempo para armar el plan! Que no les insuma más de 10 minutos.

 

Aceptar ayuda y no trasladar la obsesión por lo perfecto a los otros

 

“¿Pedir ayuda o delegar? Nadie lo va a hacer como yo….” ¡Ay! Sabía que se les iba a asomar el perfeccionista por algún lado. Los entiendo mejor que nadie, esta es una lucha que todavía no gané pero, les puedo asegurar, estoy en buen camino.

Cuando alguien tome parte de su tarea, comprendan que no lo va a hacer igual que ustedes. Antes que nada agradezcan la ayuda y, por qué no, reconozcan que lo que el otro hizo seguramente será suficiente y muchas veces, hasta mejor de lo que nosotros lo hubiéramos hecho.

Lograr cambiar esta actitud nos permite relajarnos, dejar de sentir esa angustia por no tener el trabajo “perfecto” y disfrutar de lo que hemos logrado.

 

Recuerden: siempre será mejor un trabajo bueno entregado, que uno perfecto NO entregado.

 

¿Cómo vienen con el perfeccionismo? ¿Es un tema que los persigue, es algo superado o nunca tuvieron esa actitud?

 


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