Las 3 herramientas básicas que podemos enseñarles a nuestros hijos para organizarse en la escuela
En un post anterior hablamos sobre cómo organizarnos nosotros como padres frente a los pedidos e información que llegan desde la escuela. Quizás lo hayan leído y hasta lo hayan puesto en práctica pero, ¿qué pasa cuando la información directamente no nos llega porque nuestros hijos no saben cómo manejarla? Les cuento lo que usamos en casa, que tuvo un impacto enorme.
Día 1 de escuela, primeros chats del whatsapp de mamás:
Caso 1:
Mamá A – “Chicas, ¿el tamaño de la carpeta para matemática es A4, no?”
Mamá B – “Sí, A4 con tres anillos”
Mamá C – “¿Pidieron carpeta para matemática? ¿Cuándo?”
Mamá B – “Sí, mandaron ayer una nota con los detalles de la carpeta y los libros”
Mamá C – “¡Nooo! Mi hijo no trajo ninguna nota!” (emoji de cara muy enojada)
Caso 2:
Mamá A – “Hola, ¿el viernes tienen que llevar almuerzo para el paseo que está programado?”
Mamá B – “No, les dijeron a los chicos que van a llevar hamburguesas para preparar para todos pero tienen que llevar bebidas.”
Mamá A – “¿Bebidas? ¿Cuántas? ¿Grandes o individuales? Juancito no me dijo nadaaaa!!!” (emoji con cara de llanto desesperado)
Si están asintiendo con la cabeza porque se ven reflejados en esos diálogos, ¡tranquilos! Muchos (la mayoría) hemos estado ahí. Y aunque ya estén organizados ustedes (luego de haber leído mi post o con sus propios métodos), si los chicos no hacen su parte, no hay éxito. Algunos tenemos hijos que son naturalmente ordenados y para esos casos los diálogos como los de arriba suenan a comedia. Pero para quienes somos padres de hijos que no nacieron con el gen del orden incorporado, los primeros días de escuela se parecen más a una película de terror.
Los que ya leyeron el artículo donde les cuento cómo logré organizarme, sabrán que yo soy de las que no nació con el orden “preinstalado”, y que es por eso justamente que me volqué a aprender y poner en práctica todas las metodologías posibles para hacer las cosas de forma más productiva. En casa, mis genes fueron fuertes en ese sentido (perdón, hijo), así que tuve que buscar la forma de ayudarlos.
Las herramientas que les enseñé son simples, y son la base de las que usarán en el futuro y que les servirán en el ámbito universitario y laboral.
Agenda
Los dos primeros años durante los que mis hijos tuvieron agenda… no la usaron. Si no fuera porque ya no servía para el año siguiente, podrían haberlas vuelto a utilizar, estaban como nuevas. Si bien eran más chicos y casi toda la información iba dirigida directamente a los padres por nota en el cuaderno de comunicaciones, no tuvimos éxito con el uso.
Pero cuando finalmente tuvieron que empezar a tomar nota ellos mismos de los pedidos y de las fecha de evaluaciones, ahí cambió la historia. Les expliqué que la usaran de la siguiente forma:
1-Llegar al colegio y dejarla siempre a mano para poder anotar enseguida.
2-Tener una hoja rayada enganchada con un clip a la hoja de la semana. Allí pueden anotar el detalle de algún pedido o de alguna prueba, cuando los profesores se los empiezan a decir sin haber mencionado antes una fecha. Por ejemplo, allí anotarían el detalle de la carpeta A4 con anillos que necesitan para matemática, o el nombre, autor y editorial de los libros de Geografía. Luego cuando ya tienen la fecha exacta pueden colocar en el día correspondiente “llevar carpeta de matemática” o “llevar el libro de Geografía”, sin necesidad de transcribir todo el detalle.
3-Si les anuncian un evento o les piden algo para un día específico, anotarlo inmediatamente en el día correspondiente (si se deja para después, se pierde en el olvido).
4-Ya en casa, al momento de hacer las tareas o preparar los materiales, van haciendo en base a lo que está en días más cercanos al actual.
Si los chicos son más grandes, a veces prefieren hacer el paso 3 directamente en un calendario digital, como Google Calendar u otro similar. En ese caso, les recomiendo que igual tengan una agenda de papel ya que no siempre les es permitido usar el celular en clase y además se pueden quedar sin batería.
Rutina de vuelta a casa
Las rutinas son muy importantes no sólo para adultos, sino también (y especialmente) para los chicos. Es fundamental crear una rutina con todos los pasos que queremos que los chicos realicen al llegar a casa, para asegurar que se haga todo lo necesario lo más rápido posible y evitar que al llegar vayan directo a tirarse en el sillón a ver televisión o usar el celular antes que cualquier otra cosa.
Piensen y ordenen los pasos de forma que resulte lo más lógica y fácil posible para ellos. Aquí tienen un ejemplo:
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- Antes que nada, lavarse las manos y cara.
- Llevar botellas, termos o tuppers a la cocina.
- Cambiarse y colgar o poner a lavar la ropa del colegio.
- Merendar o almorzar, según el horario en que vuelvan de la escuela, pero sin mirar televisión o celular. Es mejor que los chicos conversen sobre el día con sus papás o quien los esté cuidando.
- A cierta hora específica comenzar con la tarea
- Al finalizar, dejar todo ordenado y preparado para el día siguiente
- Y ahora sí, a jugar o despejarse como más les guste!
Lo principal es dejarla anotada y a la vista para que tengan una guía a seguir cada día, especialmente si no están ustedes cuando sus hijos vuelven de la escuela.
Sé que exageré, pero en mi caso les hice una presentación que podían ver en el iPad, lo que hacía más divertido el seguir la lista de pasos. Si logramos que se acostumbren a tener rutinas para determinados momentos, estaremos sentando una muy buena base para su futuro!
Un lugar fijo para todo
Cuando los chicos son más grandes, suelen tener más cantidad de materias y, por lo tanto, más carpetas y libros. No siempre llevan todo a la escuela por lo que necesitarán un lugar específico para dejar o guardar lo que no va al colegio un determinado día. Puede ser un estante, un cajón, etc. Lo importante es que no cambie porque de esa manera ellos siempre van a ir a dejar las cosas ahí y van a saber que cuando necesiten algo, en ese lugar los van a encontrar. No más “mamiii, ¿dónde está el libro de inglés?”.
Lo mismo ocurre con los útiles y repuestos escolares. La idea es que estén todos juntos (o cerca al menos) y no cambiarlos de lugar, porque así sabrán siempre dónde encontrar lo que necesitan.
Esta simple acción de definir un lugar para cada cosa nos saca el stress de estar siempre tratando de encontrar lo que necesitamos, pero además les permite a nuestros chicos empezar a manejarse de manera más independiente.
Existen más herramientas que pueden ir aprendiendo, pero que les servirán sólo si ya tiene una organización base. Los chicos son capaces de aprender mucho más de lo que creemos. Tómense el tiempo y anímense a enseñarles y a aprender con ellos.
¿Qué herramientas usan sus hijos para organizarse en la escuela? Y no dejen de contarme los resultados cuando les enseñen las que hablamos hoy 🙂
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Photo by Natalia Segui from Planeando Voy